Ares, cada vez que lo llevamos al pinar se vuelve loco, le encanta. Siempre nos reímos Edu y yo porque parece que tenemos una liebre en vez de un perro, se pone a pegar saltitos con las orejas hacia atrás y está muy gracioso.
Ares es muy torpe, jejeje, se tropieza con mucha frecuencia, le he visto en más de una ocasión tropezarse y dar una voltereta sobre el suelo, pero se levanta rápidamente todo digno.
Cuando vamos al pinar aprovechamos para hacerle correr, porque por el pueblo lógicamente no podemos y mi piso es muy pequeñito.Os dejo un vídeo para que veáis cómo disfruta corriendo por el pinar.Este vídeo lo habíamos titulado Ares sin frenos, porque no duda en llevarme a mi por delante.Tengo muchos vídeos de este estilo, yo sigo esperando toda inocente de mi a que frene antes de chocarse conmigo, pero no...aún no lo ha hecho
Subimos al pinar siempre en otoño-invierno, ya que en dos ocasiones nos ha pasado que hemos subido en época en la que había orugas y Ares se ha puesto malo. Los perros tienen mucha alergia a las orugas, el simple hecho de olerlas ya les puede provocar alguna reacción y si llegan a comerlas o lamerlas, podrían ponerse muy enfermos.
Ares no ha llegado a comerse nunca a una oruga, pero las ha olfateado y ha acabado vomitando toda el día incluso el día después.La primera vez nos llevamos un susto muy grande porque no sabíamos lo que le pasaba y la segunda vez nos pilló por sorpresa, porque subimos en el mes de noviembre al pinar convencidos de que no habría orugas, pero como estuvo haciendo tan buen tiempo, pues sí que las había y Ares volvió a caer malo con sólo pisar el pinar